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YOGA

 

SESIÓN CLÁSICA DE HATHA YOGA

 

 

Relajación (Savasana).

 

 

 

Ejercicios de respiración (Pranayama).

 

 

 

Saludo al sol (Surya Namaskar):

Se realiza antes de las posturas, destensa y calienta todos los músculos, con lo cual la serie posterior de asanas se puede hacer con mayor facilidad.

 

 

 Una serie de posturas (asanas):

A partir de las 12 posturas básicas de Sivananda, y sus variantes.

 

  MEDITACIÓN

 

Ejercicio de meditación clásica sobre los chakras, se realiza con apoyo de visualización.

 

 

 

Ejercicio de meditación personal.

 



 

SATSANG

 

Se realiza un viernes al mes.

En él meditamos en grupo, tenemos charla conjunta y cena compartida.

 

 

 

Éste es el último cuento del curso pasado... iremos actualizando la página con los nuevos cuentos.

 

Pertenece a la tradición sufí:

 

 

 

UN CUBO DE BASURA Y UNA ESCOBA

 

El sabio vio a un anciano tambaleándose por la calle. Sus pies eran tan inestables y sus manos temblaban tan violentamente al sujetar su bastón que corría el peligro de caer a cada paso. El sabio se acercó y le ofreció sujetar su brazo para ayudarle a caminar. Pero la cara del anciano enrojeció de cólera y lo apartó de su lado.

  • Puedo cuidar de mí mismo, – declaró – no necesito ninguna ayuda. ¡Ocúpese de sus propios asuntos!

El sabio le respondió:

  • Si le habla usted así a todos, debe de estar muy solo.

El anciano soltó un fuerte gruñido y continuó su camino; el sabio lo siguió unos pocos pasos por detrás.

El anciano entro en la tienda de orfebrería y sacó un gran saco de trozos de oro. El sabio también entro en la tienda y permaneció a su lado. El anciano dijo malhumoradamente:

  • Si está usted decidido a ser útil, vaya a buscar una balanza para que pueda pesar mi oro.

El sabio respondió:

  • Voy a buscar una escoba.

  • No diga tonterías; haga lo que le digo y consiga una balanza.

  • También iré a buscar un cubo de basura.

Entonces el anciano se irritó tanto que levantó su bastón para pegar al sabio. Pero al hacerlo se cayó al suelo.

El sabio se agachó y le ofreció ayuda para levantarse. El anciano le dijo:

  • Ya que es por su culpa que me he caído, es su responsabilidad levantarme.

Tan pronto como estuvo de pie le preguntó al sabio:

  • ¿Por qué habla de una escoba y un cubo de basura cuando yo le pido una balanza?

El sabio le respondió sonriendo:

  • Sus manos le tiemblan tanto que se le va a caer el oro cuando intente ponerlo en la balanza. De manera que indudablemente necesitará una escoba y un cubo de basura para recoger los trozos del suelo.

La ira el anciano se deshizo en lágrimas:

  • Venga a mi casa y sea mi criado – dijo llorando – necesito alguien que sepa lo que necesito antes de pedirlo.

El sabio contestó:

  • Tan pronto como sea capaz de aceptar con gentileza alguna ayuda, todos sus vecinos serán sus criados. Todos pueden ver o que necesita y a todo el mundo le gusta que lo necesiten.

Entonces el sabio acompañó al anciano de regreso hasta su casa.

Desde ese momento el anciano comenzó a sonreír y a hablar amablemente con sus vecinos y a ellos les resultaba agradable hacer por él cualquier cosa que le fuera necesaria. Y apenas él notaba que alguno de sus vecinos carecía de algo utilizaba su oro para comprársela. De manera que a medida que la muerte se acercaba fue siendo cada vez más pobre, pero más dichoso.

DE LA TRADICIÓN SUFÍ

 

 

 

 

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