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HISTORIA  DEL  YOGA II   II

 

EVOLUCIÓN  HISTÓRICA

(Comienza en la página HISTORIA DEL YOGA I)

 

 

 

 

 

552 d.C.

 

Bodhidharma en la China: nacimiento de la corriente Chan (del budismo), que en el Japón se convertiría en Zen (del sánscrito dhyana, una forma de meditación).

 

 

 

 

686 - 719 d.C.

 

Shankara, formulador de la filosofía Vedanta, formada por los antiquísimos Veda de los arios, y por las Upanishads.

 

 

 

 

700 d.C.

 

Hacia el siglo VIII d.C. se desarrollaron los ejercicios del Hatha Yoga correspondientes al cuerpo, bajo la influencia del concepto tántrico del mundo. Tras la revolución religiosa y cultural que desde el año 500 d.C. se extendió por la India, el tantrismo ganó influencia sobre las religiones “oficiales” de su tiempo (hinduismo, budismo, y jainismo). En contra de estas religiones el tantra reivindicaba el acceso de todas las personas a la religión, sin discriminación de credo o casta, e incluso para las mujeres; extendiéndose los rituales y conocimientos a un sinfín de lenguas regionales anteriormente prohibidas. En el yoga anterior a esta época el cuerpo y los sentidos eran tenidos como  obstáculos, que podía distraer de lo esencial, que era la meditación y la oración.

 

Hatha-yoga da una importancia fundamental a la respiración y a la energía vital (prana), a la que se unen las posturas, ejercicios de purificación, de concentración, visualización, y algunas técnicas que incorporaban la voz.

 

El texto clásico sobre el Hatha Yoga (el tipo de yoga más popular y más practicado en occidente), es el Hatha Yoga Pradipika, que describe las diversas asanas y ejercicios respiratorios que constituyen la base de la moderna práctica del yoga.

 

 

 

 

EL YOGA EN OCCIDENTE

 

El yoga entró en la cultura occidental hace ya algo más de cien años. El desencadenante fue la aparición de Swami Vivekananda durante el “Congreso mundial de las religiones” en Chicago en 1893. Su discurso sobre el mundo espiritual de la India encandiló al público, lo que promovió una gira por todo EE UU, despertando así la curiosidad y el interés en los norteamericanos. Por esta misma época algunos eruditos y filósofos europeos, como Shopenhauer, se interesaban por la filosofía oriental, manifestando su incalculable valor.

Pero fue a mediados del siglo XX cuando el yoga empezó a conocerse en occidente, a través de Maharishi Mahesh, el creador de la meditación transcendental, y maestro, durante algún tiempo, de los Beatles. En los años 60 se convirtió en una corriente muy popular apareciendo gran cantidad de publicaciones y programas de radio y televisión. Con la proliferación de centros y ashrams, en Europa y Norteamérica, la forma de vida yóguica se incorporó a la vida cotidiana en nuestra cultura; centros fundados, dirigidos o inspirados por maestros como el propio Vivekananda,  Paramahansa Yogananda, , Suami Muktananda, Suami Satchidananda o Suami Vishnu Devananda, que trajeron el yoga más puro a través de sus conferencias, cursos y libros.

 

Sin embargo la naturaleza de los ejercicios cambió, y pasó de tener un talante espiritual a estar orientada a la salud y al bienestar. A partir de este momento el yoga se practicó para estar más sano, esbelto, fuerte, concentrado y relajado, y para enfrentarse mejor de esta manera a la vida diaria.

 

 

En nuestro país, el trabajo divulgativo realizado por Ramiro Calle, y a menor escala, Francisco López, en una época en que el yoga estaba en expansión, es innegable. Tras una cierta regresión durante un tiempo, en la actualidad la práctica del yoga está resurgiendo de nuevo, probablemente debido a los inmejorables beneficios que ofrece; una vida equilibrada, ejercicio físico moderado, y una técnica eficaz para controlar la mente. Aporta, además, una ayuda importante para entender y profundizar en cualquier religión, o bien añadir a la vida una dimensión espiritual, sin necesidad de pertenecer a ninguna iglesia o confesión.

 

 

 

 

ESTADO ACTUAL

 

Muchos maestros han divulgado y enseñado el yoga en occidente, y son variadas las escuelas y métodos que lo difunden. El yoga sólo es uno, los distintos métodos hacen hincapié en distintos aspectos e intentan adecuarlo a la forma de vida y mentalidad occidental, y a las circunstancias de la vida moderna. Las diferencias entre ellos son puramente formales, si bien se pueden adaptar unos mejor que otros a las necesidades de cada practicante.

 

También se está dando desde finales de los años 90, un cierto retorno a las raíces tradicionales buscando un yoga más puro, con nuevos aspectos de espiritualidad.

 

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