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Y O G A  E N  C A S A:

T U  S E S I Ó N  P E R S O N A L I Z A D A

La idea común que se tiene sobre el yoga es asistir a clase, ante la idea de practicar en casa, la gran mayoría no tenemos tiempo, o espacio, o no sabemos por dónde empezar.

 

El yoga es una filosofía práctica de vida, para que sea verdaderamente efectiva hay que incluirlo en nuestra vida cotidiana, tanto la filosofía como la práctica, y la mejor manera es que la práctica sea personal, unido a lecturas y meditaciones sobre la parte filosófica.

 

Uno de los primeros objetivos prácticos de yoga, un poco más allá de la relajación y el bienestar físico, es conseguir esa sensación de “centramiento”, de calma y de bienestar, de paz interior, que de vez en cuando se consigue en una sesión; y, a ser posible, mantenerla. Alcanzar esa paz y, sobre todo, mantenerla requiere un entrenamiento, que es insuficiente yendo a clase un par de días a la semana. Lo ideal es ser capaces por nosotros mismos de realizar nuestra sesión, sin importarnos el lugar, o las circunstancias, hasta alcanzar esa “conexión” de paz.

 

Esto es difícil si no se tiene el hábito de hacer la práctica individual y por uno mismo. El apoyo y el seguimiento de un profesor es importante, para evitar errores, resolver dudas,… incluso para fortalecer la decisión de seguir adelante en determinados momentos de desgana, que siempre surgen. Pero el yoga empieza a ser efectivo, de una manera extraordinaria, cuando nos empezamos a hacer cargo de nuestra propia práctica.

CÓMO EMPEZAR

No debe convertirse en otra obligación más, debe llegar a ser algo que desees, una especie de refugio, de oasis, que te conecte íntimamente con tu cuerpo, con tu ritmo interno, con tus necesidades, que te aparte de la marea de pensamientos y preocupaciones cotidianas.

 

Proponte expectativas realistas. Empieza haciendo lo que sientas, si sólo tienes 15 minutos, aprovéchalos, un par de estiramientos y un poco de relajación pueden ser suficientes.

Es preferible una práctica de 15 o 20 minutos al día que una sesión de hora y media dos veces por semana.

 

Busca la satisfacción de hacer tu propia sesión, lo principal es la conciencia que se desarrolla al practicar solo, enfocando la atención al interior de tu cuerpo, emociones y mente, y no a la voz del profesor.

 

RECOMENDACIONES

Practicar por la mañana o por la tarde, con el estómago vacío (entre dos y tres horas después de la última comida).

 

Intentar conseguir una completa relajación en las posturas y evitar esfuerzos excesivos.

 

Descansar tumbados entre 30 y 60 segundos después de cada ejercicio antes de pasar al siguiente.

 

Concentrar todos los pensamientos en la postura durante la ejecución.

 

Finalizar con una relajación y unos minutos de meditación sobre la paz, la salud, o cualquiera de los principios éticos del yoga.

 

Procurar adecuar las actitudes vitales durante el día, evitando los excesos, equilibrando la alimentación (la alimentación tradicional del yoga es vegetariana), y llevando una vida sana.

 

Ser perseverante y paciente, se pueden tardar unos meses en observar provecho de la práctica del yoga.

ESPACIO- QUÉ NECESITAS.

ESPACIO

 

Una de las justificaciones más comunes es la falta de espacio.

 

No es necesaria una habitación especialmente dedicada, ni siquiera un rincón dónde nadie nos moleste. No es necesario un silencio absoluto, sin distracción alguna. Se trata de que la práctica sea beneficiosa y te resulte reconfortante; incluso en compañía de alguien que no practique.

 

 

 

QUÉ SE NECESITA

 

Una alfombra adecuada antideslizante (hay esterillas especialmente diseñadas para el yoga, aunque no es imprescindible), quizá unos cojines o un taco de madera o de porexpan duro, y una manta para la relajación.

 

En realidad la práctica de yoga es totalmente personal, tú vas viendo tus propias necesidades según vayas practicando, puedes incluir cualquier cosa que te sea útil, y desechar lo que no lo sea.

SESIÓN BÁSICA

Una sesión básica de hatha yoga incluye: relajación, técnicas de respiración, y serie de posturas.

 

 

 

RELAJACIÓN

 

Si se dispone de tiempo se pueden hacer dos relajaciones una al comenzar y otra al terminar, si no, se puede hacer sólo una, al principio o al final, dependerá de cómo aproveches mejor la relajación.

Al comienzo sirve para establecer una separación entre las ocupaciones con las que estamos y la sesión que vamos a hacer, además de la relajación propiamente.

Al final sirve para integrar el trabajo realizado, y aclarar y establecer propósitos.

 

 

 

TÉCNICAS DE RESPIRACIÓN

 

Se puede comenzar directamente con ellas, dejando la relajación para el final.

Es una manera bastante potente de concentrarse, porque requieren atención y movilizan la energía.

También se pueden dejar para el final, cuando el cuerpo ya estirado y equilibrado es más sensible a la energía.

 

 

 

SERIE DE POSTURAS

 

Una sesión completa comprenderá seis tipos de posturas: flexiones adelante, flexiones atrás, flexiones laterales, torsiones de la columna, inversiones, y equilibrio.

 

En función del tiempo, y de las necesidades personales, se acentuarán más unas que otras. Si un día elegimos sólo algunas de ellas, hay que tratar de hacer las otras en los días sucesivos.

 

Una postura, o un grupo de posturas de cierto tipo, debe ir seguida de una o dos posturas contrarias, lo que se llama la “contrapostura”.

 

El Saludo al Sol es un ejercicio intenso, de calentamiento, que incluye una serie de flexiones adelante y atrás, que se podría complementar con alguna de las otras posturas, para una serie breve.

 

Una meditación es también una buena manera de terminar, siempre que dispongamos de tiempo y no estemos pendientes del reloj.

CÓMO PERSONALIZARLA

Atendiendo en cada caso a las necesidades personales, sea por molestias, afecciones o dolores puntuales; se puede hacer más hincapié en las posturas que traten la zona o zonas afectadas, tratando, aunque sea a lo largo de varios días de completar la serie.

 

 

De una manera general hay que insistir en aquellas posturas que “se nos dan peor”, en las que más nos cuesta realizar, hasta llegar a equilibrar todo el cuerpo, y poder realizar todas con la misma facilidad. Esto incluye la relajación y las respiraciones, insistir más en ella si me resulta difícil relajarme, o en las respiraciones si estoy deseando terminarlas; el conjunto de todas las técnicas está pensado para el equilibrio completo de la persona, no solo el bienestar físico, también el emocional (respiraciones), y el mental (relajación y meditación).

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